domingo, 21 de febrero de 2010

diversiones para muchos y para pocos

En los nuevos gobiernos no faltaban las celebraciones de carácter cívico.Por otra parte, había una larga lista de celebraciones religiosas.Después de 1830, los restaurantes y los cafés se sumaron a las tertulias junto con y los juegos de cartas.Las actividades teatrales encargaron al Ayuntamiento de la Ciudad de México y la asistencia siguió revelando que no era lo mismo pertenecer a la élite que formar parte de grupos socialesPor otro lado, los peninsulares formaban la parte más encumbrada y pequeña de la pirámide social,seguidos por criollos, mestizos y mayordomos de fincas, y al final, por los peones y jornaleros, después de la Independencia las élites estaban constituidos por políticos.En el campo la sociedad también estaba dividida en estratos

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